Es la especialidad que se encarga del cuidado, mantenimiento y prevención de la salud dental del niño desde su infancia hasta su adolescencia. Nuestro objetivo durante el tratamiento dental es dirigir al niño para que su actitud sea positiva, consiguiendo su cooperación y confianza para poder crear un ambiente positivo y lograr así que el niño tenga una buena experiencia formando una base para futuras interacciones paciente-odontólogo.

Conviene acudir al dentista desde la erupción del primer diente o el primer cumpleaños, para ayudar a los niños a que se habitúen a un medio desconocido, pierdan el miedo al dentista y aprendan que es importante cuidarse la boca y los dientes, mejorando así sus hábitos higiénicos y alimentarios. Lo ideal es que se acuda en el embarazo para poder explicar la higiene dental que hay que seguir desde bebés.

También es necesario detectar malos hábitos, como el de mantener el chupete o succionarse el dedo después de los 2 años o solucionar problemas bastante habituales a edades tempranas como traumatismos, caries, malformación, problemas de erupción o de posición de los dientes, hábitos de dieta y de higiene, así como problemas de los tejidos blandos o de articulación.

Es la especialidad que se encarga del cuidado, mantenimiento y prevención de la salud dental del niño desde su infancia hasta su adolescencia. Nuestro objetivo durante el tratamiento dental es dirigir al niño para que su actitud sea positiva, consiguiendo su cooperación y confianza para poder crear un ambiente positivo y lograr así que el niño tenga una buena experiencia formando una base para futuras interacciones paciente-odontólogo.

Conviene acudir al dentista desde la erupción del primer diente o el primer cumpleaños, para ayudar a los niños a que se habitúen a un medio desconocido, pierdan el miedo al dentista y aprendan que es importante cuidarse la boca y los dientes, mejorando así sus hábitos higiénicos y alimentarios. Lo ideal es que se acuda en el embarazo para poder explicar la higiene dental que hay que seguir desde bebés.

También es necesario detectar malos hábitos, como el de mantener el chupete o succionarse el dedo después de los 2 años o solucionar problemas bastante habituales a edades tempranas como traumatismos, caries, malformación, problemas de erupción o de posición de los dientes, hábitos de dieta y de higiene, así como problemas de los tejidos blandos o de articulación.